SÍNTESIS DEL LIDERAZGO NECESARIO EN EL SIGLO 21. HACIA UN LIDERAZGO DE AMPLIO ESPECTRO
- Mauricio Cardona
- Mar 22, 2021
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Actualmente vivo en la Tierra y no sé lo que soy. Sé que no soy una categoría, un sustantivo. Parece que soy un verbo, un proceso evolutivo, una función integral del universo.
Buckminster Fuller
El liderazgo emergente y necesario para el siglo 21:
Pone en el centro de su atención el fenómeno del alineamiento y de sintonización (integración, conexión, ilación) de diferentes dimensiones o magnitudes de la realidad espacio-temporal. Finalmente llega a la integración y a la integralidad, bases para la integridad. Es nuestra condición natural de ser seres relacionales, en la unidad con el todo (o del todo, al que pertenecemos).
Está preparándose continuamente para un mundo en movimiento acelerado (un mundo volátil, incierto, complejo, y ambiguo). Es un movimiento doble o bipolar: arriba – abajo, adelante – atrás, adentro – afuera (interno – externo), siempre en la unidad que somos; son polos de la unidad. Interioridad y exterioridad son dos polos de la misma unidad ontológica. Este movimiento corresponde a una nueva consciencia y a un nuevo pensamiento emergentes.
En la dimensión externa (en el afuera) de la unidad, ve y percibe (escucha y toma consciencia):
- La situación insostenible de los ambientes sociales y naturales (crisis social y
ecológica), y nuestro papel causal en ello.
- Que la sociedad está cambiando de lugar centrante: de un centro egosistémico
(egoíco) a un centro ecosistémico (multicéntrico).
- El actual “momento” de inflexión que está ocurriendo en el tiempo.
- La época de cambio axial que vivimos en este tiempo (cambio “epocal”).
- El punto crucial y de “bifurcación” en el que estamos (al decir de E. Laszlo).
- El gran “reseteo” y la “gran recuperación” actualmente en proceso, hacia un
nuevo orden mundial (K. Schwab y otros en el FEM).
En la dimensión interna (en el adentro) de la unidad, ve y percibe (escucha y toma consciencia):
- De los dos niveles de profundidad que somos, el Yo y el yo (el nivel profundo o
invisible, y el nivel superficial, o manifiesto, visible y aparente). De nuestro
natural poder interior (“auténtico” poder, según G. Zukav).
- El llamado a abrir nuestra mente, nuestro corazón y nuestra voluntad (como
individuos y como colectivo).
- Su mismo ver y percibir. Se da cuenta desde dónde viene su distinguir (ver y
percibir) o desde dónde observa (observación interna / autoobservación).
- Que naturalmente tenemos, pero usualmente no vemos, unos “puntos ciegos”
en nuestra actividad cognitiva. Esos puntos son nuestras sombras que en
consciencia ampliada aprendemos a ver, reconocer y aceptar.
- La conexión con nuestra esencia, con la fuente, con el espíritu.
- Que todas nuestras actuaciones provienen de la forma que adopta nuestra
consciencia, de nuestra condición interior (del estado interior de nuestra
consciencia).
Trasciende, del saber anticiparse al saber cocrear (asume su papel cocreador en el concierto de la existencia). Y, en esta consciencia, el trabajo de la vida aparece claro, así como aparece claro que trabajar es fluir con la Creación continua, y es alineamiento con el Gran Trabajo del universo (es secundar la acción creativa).
Llega a (o sale de, en forma circular) una resignificación del sentido que tiene de los vocablos liderazgo y líder. Así, se da cuenta que:
El liderazgo es una forma de ser y estar en el mundo (es un conjunto complejo o un “mind set”).
El liderazgo es una forma que adopta y adapta nuestra consciencia, en una consciencia expandida (de amplio espectro) que da cuenta de la Consciencia que somos (y que de forma muy incompleta solemos percibir, debido a nuestra ceguera aprendida).
El liderazgo depende del buen uso de nuestro poder interior o de la potenciación creadora de nuestro poder auténtico (interior).
El liderazgo se da cuando asumimos la responsabilidad por nuestra vida, por nuestro mundo, y en la relaciones con los demás se torna en co-inspiración y co-creación. Un líder es un creador de vida (más vida) en el universo, o mejor, a través de él ocurre esa creación, cuando el líder es un cauce del flujo de la vida.
El liderazgo es el factor luz, “factor L” (tiene luz y regala claridad). Lo importante no es brillar sino iluminar. Un líder alumbra, ve su interior, reconoce su luz y la pone al servicio de los otros para que puedan hacer lo mismo. La palabra, el verbo, es usada por un líder para crear vida, como luz hecha acción creadora, no para hablar por hablar, ni para hacer discursos bonitos.
El liderazgo ocurre en un ser que, desde la luz, se vuelve servicio y cocreación (es la esencia del actuar del líder), y en posiciones de dirección, le aplicamos el término genérico de jefe líder. Todos podemos ser líderes.
La clave para la efectividad en el liderazgo es la autoconsciencia, producto de nuestra autoobservación hacia el autoconocimiento; desde aquí se parte para nuestro despertar en consciencia hacia el liderazgo efectivo.
A este tipo de liderazgo lo podemos denominar, entre muchos otros nombres, liderazgo consciente.
El liderazgo se concreta en el cultivo interior, y en el descubrimiento del amor que somos.
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